MARIANA PINEDA

Era la primera vez que veía representar una obra escrita por Federico García Lorca y era inevitable no pensar en cómo sería la adaptación del texto y la interpretación de los actores. Si has leído a Lorca, sabes que por su escritura dramática, las palabras y poesía que dan forma a la historia que nos cuenta, son un regalo para los sentimientos. Así que, imaginaba que estos aflorarian pronto en mí nada más subir el telón. Pero lo que no sabía, es que sería la primera vez que viendo una obra de teatro, mi corazón iba a palpitar aceleradamente ante tanta emoción.

Ahí está ella, con su vestido rojo, arrodillada en el suelo, como dormida, inquieta… ¿está soñando?… se despierta al escuchar voces susurrando su nombre: ¡Mariana!… ¡Mariana!… ¡Mariana!… se acercan… ella se levanta asustada y percibes su miedo al sentirse rodeada, atrapada y sola, muy sola.

La actriz Laia Marull da vida a Mariana Pineda. Su actuación es magistral, tanto que estás viendo a «Marianita» frente a ti. Ves a una mujer valiente, comprometida, honesta, madre, luchadora y Libre. Pero por encima de todo, ves a una mujer enamorada hasta las últimas consecuencias. Su amor es tan grande que lo idealiza porque está enamorada del amor.

Laia Marull con su interpretación, hace lo que muy pocos artistas consiguen, que te quedes sin aliento ante sus palabras de desesperación. Es impresionante cuando rota de dolor grita a Pedro:

¡¡¡CORRE MÁS!! ¡¡¡VEN A BUSCARME!!!. Y su voz retumba en el teatro y en tu propio corazón.

Álex Gadea interpreta a Pedro Sotomayor, el amor de Mariana, hombre liberal perseguido por la justicia. Su aparición al principio de la obra es imponente, con fuerza. Cuando se encuentran, nadie duda que están enamorados. Pero… ¿acaso Pedro ama más esa libertad por la que lucha, que a la propia Mariana? El actor demuestra con la interpretación, su gran capacidad para transmitir al espectador los matices de su personaje.

Óscar Zafra como (Fernando) y Fernando Huesca como (Pedrosa) ponen en el escenario veteranía y solvencia. Marta Gómez (Clavela), silvana Navas (Amparo/ Novicia1), Sara Cifuentes (Lucía/Novicia 2), José Fernández  (Alegrito) y Aurora Herrero (Doña Angustias). Completan un elenco muy a la altura.

La versión y dirección que Javier Hernández Simón hace de la obra de Lorca es muy fiel al texto original. La escenografía es innovadora y potente: grandes cintas rojas penden del techo entrelazadas unas con otras, esas cintas junto con las interpretaciones corales de los actores crean momentos impactantes. El vestuario de la época, el sonido y la iluminación, terminan de dar ese clima necesario para atrapar al espectador. Se nota todo el trabajo y dedicación que hay detrás de ese montaje maravilloso.

Si os gusta el teatro en estado puro, perseguid la gira, no os defraudará, la obra es un viaje hacia los sentimientos más profundos. Y como dijo Federico García Lorca:《El teatro no es ni puede ser otra cosa que emoción y poesía en la palabra, en la acción y en el gesto》

Esa emoción que se siente cuando la gran Laia Marull recita en el acto final, los versos del poeta: ¡Yo soy la libertad porque el amor así lo quiso!. Mariana se sentía libre y lo fué,  por eso es una leyenda…

Un poco de historia: Mariana Pineda nació en Granada en 1804, su implicación y apoyo a los liberales que conspiraban en contra del Rey absolutista Fernando VII, hizo que las autoridades sospechasen de ella. Y es en el año 1831, cuando fué detenida y condenada por bordar una bandera constitucional y por conspiración. Mariana nunca delató a nadie, nunca se vendió.